miércoles, agosto 30, 2006

Aficiones frustradas

Las plantas no son lo mío.
Yo soñaba con un jardincito y venían a mi cabeza imágenes de mi misma recogiendo flores, con un cesto bajo el brazo y una maravillosa pamela al estilo de la madre de la familia Hollister.
Tras la muerte de una gardenia, un potus y finalmente un cactus tuve que rendirme a la evidencia.
Por este motivo, y en un profundo alarde de auto-conocimiento respecto a mis limitaciones, renuncié a tener margaritas en la jardinera de mi balcón.
Y decidí conformarme con dos molinillos de plástico en forma de flor pinchados en la tierra seca y vieja que ya había.
A lo largo del último año la jardinera únicamente se ha utilizado para ocultar en ella los restos de conjuros absurdos realizados con las amigas en noches de borracheras y como cenicero cuando no puedo dormir y salgo al balcón a fumar.
Esta mañana he descubierto sorprendida que la jardinera está llena de pequeños y frescos tallos verdes.
Todo ello me ha hecho pensar en una frase que escuché hace tiempo en alguna película que no recuerdo: "Incluso en las circunstancias más adversas la vida se abre camino".

lunes, agosto 28, 2006

Intensa productividad

Nadie sabe realmente lo que es el aburrimiento hasta que trabaja en una oficina en agosto.
Pero incluso eso tiene su parte positiva.
En ocasiones se dan situaciones bonitas y creativas trabajando en equipo.
Sin ir más lejos esta tarde el personal de la empresa hemos llegado a un consenso tras arduas horas de intensa negociación.
Se trata de una nueva clasificación para categorizar las películas.
Este es el resultado:
- Películas "Tarta de Santiago": Están bien. Te gustan. Pero son demasiado consistentes como para repetir.
- Películas "Calçots": Sólo son consumibles por temporadas.
- Películas "Callos" : O te encantan o te parecen nauseabundas.
Vale.
La clasificación no tiene ningún rigor ni utilidad.
Pero reconoced que es más interesante que matar el tiempo haciendo malditos sudokus.

miércoles, agosto 23, 2006

Polònia

- ¿Así que eres catalana?
- Sí
- Pues no se nota.
- Ya. Es que no tengo mucho acento.
- No, lo decía porque pareces simpática.
- Vaya hombre.
- A ver, no es que me caigan mal pero me toca los cojones esa manía de hablar en su dialecto.
- Adéu.

PD: Cuando te deja el novio escuchas "with or without you" de U2 hasta la náusea.
Este post/recuerdo es lo mismo pero con la mala hostia post-vacacional.