No hay mal que por bien no venga
Con esto de la crisis este año por no tener no tenemos ni canción del verano.
...
¡Bien!
Me gustan...
más bien poco los niños, ya lo he comentado alguna vez.
En general, me desagradan por pesados, me disgusta su olor corporal y me incomoda su textura habitualmente pringosa.
En particular, como siempre, puedo realizar excepciones.
Por ejemplo el de una niña regordeta y grandes gafas verdes que viajaba junto a su madre y otra señora en el tren esta mañana.
La señora le pregunta:
- ¿Y tú, guapa, que quieres ser de mayor?
Y la niña que la mira muy seria y responde sin vacilar:
- ¿Yo? Jubilada, como mi abuela.